Atardecer camino a Poesía
Antes que nada
consigue un lápiz afilado
escribir en laptop, no resulta
y menos aún, si es que pretendes
deslumbrar a la academia de los “ultras”
¿Papel? por supuesto
pero entiende: si poesía de altura tu pretendes
debes optar por la más singular de las libretas
una en la que el lápiz devore las letras.
Que cuando apoyes la punta de grafito
en sus hojas sorprendentes,
chispee la energía de lo infinito,
esa fuerza cósmica que convoca a las estrellas.
Concurrirán las ideas pletóricas y bellas
las que arrobaron a Goethe y a Victor Hugo,
las que de veras sueltan jugo.
El cuaderno en cuestión no es muy barato,
conseguirlo no es fácil actualmente,
pero si quieres poemas de encanto
de un Moleskine debes hacerte.
En el paso siguiente es primordial
seguir a pié juntillas mi consejo:
¡Un iPod! ¡Por Dios! no seas… conejo
Indispensable para esperar la llegada de las musas;
en él debes tener grabado por palabras
el diccionario castellano que más usas,
bueno, si gustas comprimirlo un poco
graba solamente lo más loco,
pero ¡ojo! que sean palabras hechiceras todas
¡que vuelen! ¡qué dancen en la aurora!
Mientras llegan las deidades del olimpo,
escucha tus palabras, una a una, sin orden, evitando el hipo
es como la pesca de la trucha, se lanza el anzuelo y se espera.
Cuando prenda la palabra lumbrera,
sácala de un tirón y escríbela…
el lápiz seguirá como gacela
danzando sin parar, a toda vela.
Y así hasta la siguiente palabreja.
Las Pleyades 