Recordando a Eugenia

Sobre el contorno azul de la montaña
bogan los sueños
¿son barcos de papel?
Flotan,
se arrebujan en volutas,
me miran con su desolación a cuestas:
cargados de golondrinas enjauladas,
de poemas proscritos,
de cartas rechazadas.
Van los barcos
uno tras otro,
azules,
amarillos,
magentas;
¿cantan?
¿gimen?
Un coro de voces tiembla en mi tímpano
cuando mis ojos deshilvanan sus estelas:
el adagio en sol menor… lame mi oído,
me arrastra hasta el beso que dislocó mi brújula,
mientras intento suturar ésta llaga
con un hilo perversamente negro.

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Me gusta volar
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